Por: Francisco Araos
Investigador Ceder
Universidad de Los Lagos
02 de agosto de 2022
Durante las últimas semanas se han multiplicado las noticias en diarios regionales y nacionales sobre los efectos de la ley 20.249, conocida como ley lafkenche, en el borde costero de la Región de Los Lagos y el país. Mucho se ha escrito sobre las supuestas tensiones que provocarían las solicitudes de Espacios Costeros Marinos para Pueblos Originarios (ECMPO) y muy poco se hablado de los beneficios que entregan.
Durante los últimos cuatro años investigamos, junto a un equipo interdisciplinario de antropólogos, geógrafos y biólogos de la Universidad de Los Lagos, el proceso de implementación de la ley en la zona costera de la Región de Los Lagos. Analizamos la literatura gris y científica disponible, las estadísticas sectoriales, la información geográfica, entrevistamos a más de 60 personas entre dirigentes de comunidades indígenas, a funcionarios públicos, a representantes organizaciones no gubernamentales y personas vinculadas a las solicitudes, participamos también en diversos encuentros y reuniones, analizamos las redes de interacción entre los actores, y nuestra principal conclusión es que la ley lafkenche es el principal mecanismo institucional disponible en la legislación nacional para promover la sostenibilidad de la zona marino-costera del país.
Los resultados que respaldan tal observación son variados y, en su mayoría, reconocen el papel participativo, inclusivo e intercultural del proceso de creación de los ECMPO. Un ejercicio democrático que redistribuye el poder de decisión sobre los usos del borde costero, comúnmente ejercido desde Santiago o Valparaíso, que aboga por la compatibilización de actividades productivas y de cuidado de los ecosistemas, que coloca a las personas, su bienestar y el de la naturaleza que lo sostiene en el centro del desarrollo territorial.
Reconocer, por lo tanto, la contribución de los ECMPO al cuidado de biodiversidad marina, los usos consuetudinarios, las prácticas de subsistencia de pueblos indígenas, recolectores de orilla y pescadores artesanales, su propuesta de gobernanza costera, su potencial para la planificación espacial marina y su poder democratizador, es el punto de partida para impulsar la sostenibilidad del mar de la Región de Los Lagos y del país.